UN FRACASO
OPTIMISTA
DE EVA


Discutí con mi pareja por un asunto absolutamente trivial. Pero en su momento parecía importante. Y nos mandó un viaje que hubiese sido precioso a freír espárragos.


Aprendí que hay guerras que vale la pena luchar... y luego están todas las demás, la mayoría, que no justifican un enfado, ni siquiera una mala tarde. ¡Tener la razón está sobrevalorado!


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